El caldo ayuda en las dietas

Seguro que ahora mismo te puedes estar acordando de Mafalda y el hecho de que, siempre que su madre salía para ponerle la comida, era caldo, lo que ella más odiaba y como ella también los niños de su edad, más mayores, adolescentes… En definitiva, todos pasamos por la etapa de «mamá, no quiero caldo» porque realmente no lo queríamos, no nos gustaba, etc.

Sin embarg0… ¿Y si ahora te digo que el caldo te ayuda a controlar el apetito que tengas y, además, no engorda tanto? Pues que seguramente verás con otros ojos el caldo e incluso lo incluirás mucho más en tu comida.

Según se ha descubierto, cosa que las madres ya sabían, el caldo ayuda a «llenar el estómago» porque, al estar hecho con agua y lo que suelta el pollo, pavo, etc. alimenta, lo que se traduce en que nos quita el hambre, y no por solo media hora, que estaremos bien saciados y después no tendremos que comer tanto como si no lo tomáramos.

Además, el caldo es bueno para cuidar el aparato digestivo; de hecho, es lo que se recomienda cuando tienes problemás del estómago, gastroenteritis, etc. así pues es normal que también pueda servirse para cuando estamos bien. La verdad es que, en la dieta mediterránea, el caldo debería tener presencia al menos cuatro veces a la semana.

Ahora ya no habrá excusa para no tomar caldo y, si tienes hijos y preguntan, ya les puedes dar más razones por las cuales el caldo es bueno. Ten en cuenta que, cuando no había tanto dinero para gastar, las madres hacían caldo con lo que había, y se criaron incluso mejor que ahora. A lo mejor debemos volver a comer algo que hacían nuestras abuelas para saber apreciar la buena comida, y no la comida rápida.

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