Cómo conservar los quesos

A la hora de efectuar la compra, trate en lo posible de no adquirir una cantidad mayor a la que va a consumir en dos o tres días. Una vez que lleve el queso a su casa, debe cuidarlo del calor en exceso -ya que lo deteriora- y de las corrientes de aire -porque lo hacen vulnerable a las bacterias-.

Lo ideal es que lo conserve en un ambiente fresco y húmedo. Si lo va a colocar en la heladera, procure que el frío no sea excesivo. En cuanto al envoltorio, el papel encerado o el de aluminio son las mejores opciones. No le conviene poner juntos quesos de diverso tipo, debido a que los más suaves podrían absorber el calor de los más fuertes.

Respecto al tiempo de almacenado, tenga en cuenta que los de pasta blanda suelen deteriorarse antes que los de pasta dura, y por eso debe consumirlos primero. Un truco para que duren más consiste en cambiarles regularmente el papel que los envuelve. Una última consideración es la referente al congelado. En realidad, no es una acción conveniente porque afecta a la calidad del producto, pero si no le queda otra opción, recuerde que los de pasta dura tienen mayor resistencia que los blandos. Rallarlos antes de su utilización.

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