Comer en el trabajo
Comer en el trabajo resulta una verdadera complicación. Si comes en un restaurante es cómodo pero resulta caro a la larga. Al contrario llevar la comida de casa, es más incómodo sin embargo resulta rentable.
Cómo llegar a que salga rentable y al mismo tiempo sea lo más cómodo posible. Pues va a ser que depende de otros más que de ti, pero algo se puede hacer para que no resulte al menos tan molesto.
Si en tu lugar de trabajo tienes la oportunidad de calentar la comida, y de comer en un espacio destinado al descanso del personal te da mayor margen.
Si por el contrario, no dispones de microondas y no puedes poner uno, la solución pasa por termos que mantengan la comida caliente. Si además tampoco tienes un lugar apropiado pues puede resultar incómodo.
Estas soluciones no creo que les valgan a los que trabajan en la calle, y lo siento por ellos.
Creo que además de comer equilibrado, es importante aislarse, y tomar tu tiempo para comer. Procura aislarte del espacio laboral, puedes emplear un biombito o poner unas plantas o ir a algún sitio adecuado, no se eso lo sabes tu mejor.
Sigue el ritual de poner la mesa, tu mantelito, tu pan, tus cubiertos, saca la comida y disponte a comer. Si estás acostumbrado a ver la televisión y la tienes en el teléfono ponlo, si no, puedes sustituirla por un programa de radio, pero tienes otras opciones, como un libro, crucigramás o el periódico.
La idea es que sea un momento relajado, para ti, con la sensación de que no estás en tu puesto de trabajo.
Cuando acabes, no vayas corriendo, recoge todo tranquilamente, levantate y ves al baño a lavarte las manos y los dientes y si puedes a tomar café, té o lo que tomes después de comer, incluso cerrar los ojos un ratito.
Luego, podrás ponerte las pilas y volver al espacio laboral.
Recuerda que si no te escapas del trabajo, de alguna manera, esa hora u hora y media que tienes para comer es como si hubieras estado trabajando y al cabo de la semana crea stress.
Que aproveche, Mury.