Arepitas de chicharrón rellenas de queso de cabra
Entrepucheros te invita a preparar esta receta de cocina de Arepitas de chicharrón rellenas de queso de cabra
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Arepitas de chicharrón rellenas de queso de cabra, Ingredientes
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Arepitas de chicharrón rellenas de queso de cabra, Preparación
Amasar el paquete de harina de maíz con abundante agua; licuar la cebolla y los ajíes e incorporarlos en la masa, agregar la sal ; triturar los chicharrones, pero dejando pedazos grandes, amasar todo. Hacer las arepitas del tamaño de su preferencia y freír en abundante aceite caliente. Cuando estén rellenarlas con una rebanada de queso de cabra.
Esta receta era una de las particularmente favoritas de mi padre, constituía realmente un espectáculo verlo haciendolas no tanto como comiendolas; recuerdo que contrario a las ordenes del médico fué una de sus últimás comidas, en un momento de descuido del personal a su cuidado se las traje y juntos encerrados en lo que fué su última alcabala en esta vida nos dimos tremendo banquete. A continuación traigo la esquela que salió en la prensa Venezolana con ocasión de sus cien años de nácido (04 de octubre del 2004).
UN CALDEREON DE CIEN AÑOS
En una clave de sol deprimida por un compás anticipado. En el Sherzo de una vida vivida en sinonímia enarmónica con las cuerdas de una Viola. En el Adagio de un alma melancólica. En el arco cantabile de los graves de Verdi. En la poesía sinfónica de Massenet y en el “pichicato”de un maestoso de Vivaldi. Allí vivió durante cien años el calderón que representó la vida de Francisco Barreto. El 04 de octubre de 1904, vino por primera vez a esta parte del escenario de la vida, en la pintoresca y deprimida población de Yaritagua en el Edo. Yaracuy; el que vendría a ser un ejecutante destacado de la trompeta, profesor aventajado de música contemporánea, compositor y arreglista de alta factura de múltiples composiciones de inspirada pluma y fino verso, que engalanan el pentagrama Larense. Hijo de Don Efraín Barreto(ejecutante del bombardino) y de Doña Juana Oropeza de Barreto, trajo consigo en la escarcela de sus dones: la música como gen hereditario de su padre, quien inició en él la visión de músico académico; recibiendo de inmediato así de éste, sus primeras lecciones de profesión y posteriormente del destacado musicólogo de entonces Don Pompeyo Rivero; para luego demostrar su primera expresión musical dentro de la Banda Marcial del Estado Lara; donde después avanzaría hasta la plaza de la sub-dirección de la misma en el turno de liderazgo de Antonio Carrillo.
Francisco Barreto vivió también la honrosa circunstancia de ser pionero del Jazz en Venezuela; que para ese entonces penetraba nuestro país a través de Holliwood y sus luminarias. Varias orquestas fueron creadas y dirigidas por él, entre las que se recuerdan: “Cubanacan”,”Orquesta del Tea Room Paris”,”Jazz Barquisimeto” etc. Y otras que fueron granero de estrellas y trampolín a más de uno como: la muy barquisimetana “Orquesta Mavare”; recogieron lo más granado de los músicos de la época; los “All Star”del Barquisimeto melómano, donde Francisco destacó en el lapso en que la agrupación obedecía al “levare” del insigne director Don Napoleón Lucena. De esta pasantía el profesor Barreto amplió su caminar a otras latitudes, cuando se registra como director de la Banda del Estado Barinas; y siguiendo el flujo cronológico; director de las Bandas del Estado Cojedes, Yaracuy y Cojedes por 2da vez; donde ya retirado al lado de sus hijos y nietos abrazó una fé profunda en Jesucristo, lo cual hizo que su pentagrama se extendiera a la música sacra. En la ciudad de Valencia atendió el llamado de la tierra para entregar el equipo (a la manera de Serrat); y fue sepultado en San Carlos con honores de músico insigne y de trayectoria intachable y donde la Cátedra permanente de estudios musicales de la Unellez, lleva su nombre. Su labor de lider grupal se vió interrumpida por su edad más no así la de la docencia, la cual desempeñó hasta las últimás horas de su existencia. Su caligrafía musical pulcra de primera mano sin uso de instrumento, advierte su don de “tono perfecto”. Dentro de su prodigada producción musical destacan los valses: “Josefina” “Aurita” “Viejo Morere” “Casa cuna” “Margot” “Ana Cecilia” “Matilde” ”Mis Nietos”; fox trox: “Luz del Alma” “Una Ilusión”,etc. Y los pasodobles “Mañanita Andaluza” “Ana Romelia” “La Cañaña”, y uno dedicado a un proyectado equipo de baseball Barquisimetano de la época: “Viva el América”. En ocasión de cumplirse cien años de su nacimiento hacemos el presente homenaje a quien la vida le dio la dicha de ser un diapasón que reverbera eternamente en el recuerdo de muchos.
“Da Capo” Maestro. Hasta el próximo set.
F A B